lunes, 19 de mayo de 2008

UN DOMINGO SIN ALDEA NO ES UN DOMINGO






Aquí, en Galiza, hay una publicidad que dice: "UN DOMINGO SIN ALDEA NO ES UN DOMINGO". Y he podido verificar que es cierto. Los domingos en una aldea tienen un encanto especial, que me hace evocar la infancía en mi tierra. Tengo la suerte de contar con dos aldeas, la de Salvaterra, de donde son los padres de Juan y la de Filgueira, de donde son nuestros amigos.

Ayer nos tocó comer en Filgueira, con nuestros estimados amigos Antonio y Viri. Buenos amigos, en su casa con vistas al Miño, nos sentimos como en nuestra propia casa. Buenos anfitriones, todo amabilidad y gran cocinera mi amiga Viri. Viri es una mujer que disfruta cocinando para todos nosotros, muchos platos he aprendido a cocinar con sus consejos. El cocido y la carne al caldeiro saben mejor cocinados en su cocina de leña. Viri es una mujer con la que puedes hablar de todo y sobre todo sabe escuchar. Es mi confidente y consejera en Galiza. Los dos, Antonio y Viri son más que amigos y disfrutamos recorriendo Galiza los cuatro juntos. Estas fotos que acompañan este comentario son de Filgueira. Otro día os habló de Salvaterra.