Tengo la suerte de pertenecer a una "GRAN FAMILIA". Grande en número y grande en corazón.
Quizas, por edad, soy de una generación en la que todavía quedan valores. Valores fomentados por nuestra familia, que aunque a veces escasos en recursos economicos, no escatimaron en poner todo su saber y esfuerzo en nuestra educación.
Recuerdo, con nostalgía y alegría, aquellas casas de alquiler en las que me toco vivir. Casas en las que reinaba la limpieza, el orden y el amor que mis padres imponian. Recuerdo las comidas en casa de los abuelos, reunidos alrededor de la mesa, las largas sobremesas, la alegría de ver llegar a tios y primos, dormir en aquellas camas enormes con sus colchones de lana. Me vienen a la boca sabores dificiles de olvidar, sopa de cocido, gallina con arroz, carne encebollada, fritada del mondongo, pasta de los embutidos adobandose en aquellos enormes barreños de barro, la leche con canela......
Miro al pasado con nostalgía, ya no estan entre nosotros mi padre y mis abuelos, mis grandes referentes. Pero el presente lo vivo con la satisfación de saber y sentir que a pesar de faltar esos pilares, que viven en cada uno de nuestros recuerdos, seguimos siendo una gran familia. Mucho más grande todavía, con nuevas generaciones, pero con una misma constante "LOS VALORES" que un día Pascual y Carmen transmitieron a sus ocho hijos y a su vez ellos nos han transmitido a todos nosotros. Tenemos suerte de pertenecer a esta gran familia. GRACIAS FAMILIA LAPETRA.
